jueves, 3 de mayo de 2007

El enfermo imaginario


Soy de las que piensan que hay que tener amigos “hasta en el infierno”, pero desgraciadamente mi relación con el mundo carcelario tiende a cero. Me encantaría conocer a gente como Thomas Crown o Danny Ocean, pero no tengo el placer.


A lo que voy es a que no sé si De Juana Chaos recibe un trato de favor como preso. No intento aplicar mi sentido común para salir de dudas, porque tengo comprobado que mi sentido común y la legislación vigente no suelen coincidir. Lo que si tengo claro es que como paciente de un hospital público si que no se parece en nada a lo que yo conozco.


He pasado varias veces como acompañante por casi todos los hospitales de la Comunidad de Madrid. No voy al sabido hecho de que haya que compartir habitación con dos, tres y hasta cinco personas más. Ya nos habría gustado estar solitos en alguna ocasión ¿verdad, cariño?, pero estar malito es lo que tiene. Lo que nunca he visto es a un paciente vestirse de calle y salir a la idem mas que el ansiado día del alta. Lo del paseo por el parque o la visita al homeópata, no se lleva por mi ciudad. Lo normal es que te manden a casa con las heridas a medio curar y una pinta más o menos lamentable.





Palabrita que cuando H salió después de su operación de digestivo, sus dos semanitas de alimentación parenteral y las otras dos entre suero y comidita de enfermo, se parecía más (en guapo) al de Juana de la foto en la cama que al de esta última.



Estoy cabreada porque he aprendido a aguantarme con el hecho de que los políticos jueguen con las palabras, brujuleen, retuerzan la realidad según les conviene y hagan todas esas cosas que la panda de incultos que tenemos en el gobierno y la oposición consideran POLITICA, pero que los médicos entren al trapo me parece lamentable.

Pero esto lo debo de pensar yo porque soy muy facha.

No hay comentarios: