lunes, 7 de mayo de 2007

Con la boca chica

Creo que ha llegado el momento de confesarlo: me gano la vida haciendo doblaje. No es algo que me guste contar y sólo lo digo cuando me preguntan directamente por mi trabajo. No se trata de falsa modestia sino de comodidad. Naturalmente hay gente estupenda, educada, con interés porque les cuentes cosas de ese oficio tan pintoresco. Pero por desgracia también hay mucho imprudente y mucho maleducado por el mundo. En veintiocho años de profesión (empecé con 18, una baby) me he encontrado de todo y soy capaz de agrupar las distintas reacciones. A saber:

1. “¿A quién doblas?” El que lo pregunta no suele ir al cine y de la tele sólo ve Hospital Central y los programas de cotilleo. Si no doblas a Paul Newman estás jodido porque ya no eres nadie para él. Ahora siempre contraataco con un ¿Tú qué ves? Y me ahorro tiempo.

2. “Yo tengo la voz muy bonita, también podría hacer doblaje”. Sin comentarios.

3. “¿Conoces a fulanito/a? También hace doblaje.” La mayor parte de las veces no te suena de nada el nombre. Hace unos años nos conocíamos todos literalmente. ¿Cómo le explicas a alguien que su amigo o amiga se está tirando un pegote?

4. “Eso es una mafia”. Y ahí te ves sintiéndote culpable de no se sabe qué, explicando que es la única profesión en la que se deja a la gente sentarse a mirar como trabajan los profesionales y se le hace una prueba a todo el que lo pide (hay quienes lo exigen).

La verdad es que me dediqué al doblaje porque tengo facultades para hacerlo y vengo de familia del gremio. Si profundizo un poco más tendría que decir que quería ser actriz pero era demasiado gallina para dar la cara. Si no desafinara como una urraca lo que más me habría gustado ser es cantante (soñar es gratis). La voz es el instrumento más rico que tenemos los humanos para expresarnos. Me encantan los matices del lenguaje, de las pausas.

Hasta que apareció el DVD, doblar a alguien era casi la única oportunidad que tenías para oírlo en V.O. Y yo adoro el cine. Como he dicho por otros blogs, el doblaje es un mal menor; es la forma de hacer llegar las películas a una gran parte de la población que no sabe idiomas, que lee despacio, que no ve los subtítulos. Hay que desear que se haga bien. Con el mismo cuidado que se pone al hacer la traducción de un poema de Keats: procurando respetar las intenciones y la música del original, sabiendo que nunca será lo mismo.

Sí, me dedico al doblaje, qué pasa. Como decía cargado de razón el maravilloso Pepe Ysbert en “El verdugo”: “Mientras exista la pena, alguien tendrá que aplicarla”.

Os dejo un ejemplo de la cara tan dura que puede llegar a tener el personal. Se han atrevido a sacar un libro con las mejores frases de “House” ¡copiándolas del doblaje! Ni se les ha pasado por la cabeza que hay un traductor y un adaptador de diálogos que son los auténticos propietarios de los derechos de autor de la versión española.
Hasta los sexadores de pollos están mejor considerados. ¡Qué le vamos a hacer!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Por qué "tienes que confesar" que te ganas la vida haciendo doblaje? Lo dices como si tuvieras que avergonzarte de ello, o peor, como si pensaras que los demás nos vamos a ¿escandalizar?. A mí me parece una profesión muy bonita.
Me parecería peor si fueras puta, no por la profesión, si no porque no pagarías impuestos (doblando pagas no?).
Enhorabuena por tu blog, me encanta

Anónimo dijo...

Me gusta cómo escribes... no me dejes así....

Chusa dijo...

Gracias por los piropos a los dos anónimos.
Anónimo 1: No me avergüenzo, se llama ironía. Claro que tampoco me avergonzaría de ser puta. Yo personalmente llevaría peor ser militar, por ejemplo. Y por cierto: me encantaría no pagar impuestos.
Anónimo 2: ¿Cómo te he dejado?

Anónimo dijo...

Sigo pensando que es muy serio tu blog. Ahora que lo leo más detenidamente, no es una ironía. En el fondo fardas mucho de dedicarte al doblaje y, no me extraña, ya que de puertas para afuera mola.... ya sabes que yo sé que os tomáis una copita mientras dobláis.
Me gusta tu blog morena!!!

Chusa dijo...

Aunque te disfraces de Barby sé que eres tú, Pataky.
Gracias por dejar mensaje.