sábado, 28 de abril de 2007

La riqueza de las palabras

Un paseo matutino por el interesante blog “Switch off and let’s go” me lleva a esta pataleta.
La RAE (la Real Academia de la Lengua Española) es un invento hispano que por lo visto a los ingleses les resulta de lo más pintoresco. Yo tenía la absurda idea de que servía entre otras cosas para aportar cultura y riqueza al lenguaje; para que no se perdieran los ricos matices de los distintos tiempos verbales o de la variedad de sinónimos; para limpiar, fijar y dar esplendor a la lengua.
La realidad nos indica que no corrigen nunca nada y que pasado un tiempo indeterminado y caprichoso incorporan al diccionario palabras que están más que arraigadas en el uso habitual (gilipollas) y convierten en correcto lo que es una burrada propia de la cada vez mayor incultura.
De qué sirve defender durante años que se dice "cociente intelectual" y no "coeficiente"; que es septiembre (qué bonita palabra) y no setiembre si luego aparecen estos señores y dicen que a partir de ¡ya! todos tienen razón.
Mucho mejor el sistema británico que convierte en verbos todos los sustantivos y viceversa según les parece y se entienden perfectamente entre ellos.
De todas formas seguiré intentando mantener el poco español que aún recuerdo aunque se empeñen en quitarme el modo potencial (o como se llame ahora) y llenarme la vida de pobres subjuntivos.
Disfruto todos los domingos del artículo de Javier Marías en El País. No me importa estar de acuerdo con él o no. El placer de entender que quiere decir lo que dice y no otra cosa es un descanso para mis neuronas hartas ya de tener que adivinar y traducir lo que están leyendo aunque aparentemente sea en mi idioma. No se trata de ¡qué bonito es esto!, sino de ¡qué clarito!
Ojalá yo supiera escribir tan bien como sé leer, pero a cada cual, lo suyo. Para muestra un botón. Os remito al artículo del domingo 8 de abril “Sobre el tontaina y la burla” (Espero no vulnerar derechos de autor)

http://www.elpais.com/articulo/paginas/tontaina/burla/elppor/20070408elpepspag_13/Tes

Pero se me pasa el enfado ante la belleza de estas palabras. La riqueza del idioma. Cómo se puede maldecir y hablar de amor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por la alusión a Switch Off. Efectivamente, lo que comentas es muy cierto. En más de una ocasión me ha ocurrido que me disponía a escribir una entrada sobre cómo la mala traducción de algún término extranjero nos lleva a un empleo impropio de nuestras "propias" palabras y, buscando en el diccionario de la RAE para ofrecer una información bien documentada, me he encontrado con que sí se aceptan esas acepciones que, desde siempre, he considerado que no eran del todo correctas. Muchas veces he tenido que dar marcha atrás y dejar de escribir lo que tenía entre manos. Pero últimamente me estoy aferrando al concepto que tan bien has expresado aquí y estoy continuando mi discurso, con permiso (si lo puedo decir así) de los académicos.